UNA NUEVA VIDA

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HOLA AMIGOS ESTE ES EL NUEVO BLOG AL QUE ME INVITARON A PARTICIPAR. SON CINCO MUJERES QUE ESCRIBEN PARA UNA REVISTA Y EN ESTE BLOG DEBATEN Y OPINAN SOBRE LAS NOTAS DE SUS COMPAÑERAS. CADA UNA TIENE UN PUNTO DE VISTA. LIHUE, MÍSTICA. LUCRECIA, SEXO. MILENA, MITOLOGÍA E HISTORIA. MARÍA, RELIGIÓN Y YO PARTICIPO COMO ANDREA UNA MUJER COMÚN. ESPERO LES GUSTE.SOLO DEBEN HACER CLIK EN EL NOMBRE. CINCO VOCES EN LA MESA.












miércoles, 28 de julio de 2010

LA EXPERIENCIA DE VOLVER A CONVIVIR CON LOS PADRES O HERMANAS


Hola, hoy mientras miraba el cielo, en el cuadrado que se puede apreciar en el patio, reflexioné, qué nos pasa cuando siendo adultos por alguna circunstancia debemos volver a la casa de los viejos o a convivir con una hermana.
Las circunstancias pueden ser muchas, nos separamos o estamos en tren de separación, están arreglando nuestra casa o necesitamos una especie de retiro espiritual lejos de la familia, cualquiera sea la causa, estemos obligados o no a convivir con ellos, los sucesos son los mismos.
Primero, el regreso al hogar nunca es lo que esperamos, a veces queremos sentirnos mimadas otras queremos regresar pero que no nos hinchen mucho, pero siempre en pocos minutos tiramos por tierra años de terapia y de adultez, cuando llegamos a los brazos de mamá y papá, después de años de decirle, no te metas en mi vida, yo sé lo que hago, dejáme hacer las cosas a mi manera, todo se derrumba y no nos quedan argumentos para poner un limite entre ellos y nosotros.
Ellos siguen ahí, para decirte viste que mami tenía razón o para abrazarte sin decirte nada, solo el gesto de no importa pase lo que pase acá estamos nosotros.
Segundo cuando nos levantamos al otro día y nos tratan como los chicos que fuimos alguna vez o se quedan sin saber que decirnos o como tratarnos, si despertarnos o dejarnos dormir, si llevarnos el desayuno o avisarnos simplemente cuando esta el mate listo o dejarnos que nos levantemos y preparemos el mate nosotros.
Toda esta situación incomoda con los días se normaliza y pasamos a vivir con nuestros viejos pero como adultos que somos, formando una nueva convivencia distinta. Solo un problema nuevo se presenta, que programa vemos en la tele, la novela de mamá, las películas de papá o los documentales o las series que me gustan a mí, entonces el control pasa de mano en manos hasta que alguien decide acostarse y los otros tranzan que ver.
Vivir con la hermana es otra cosa, si de chica nos peleábamos por la ropa tirada, el desorden de su parte de la pieza, los platos que no lavaba una u otra, la pachorra que tenía , siendo grandes las mañas se potencian y las discusiones aumentan o disminuyen depende el animo de una u otra, pero ya no me molesta que deje todo tirado y debo respetar sus cosas porque es su casa y ella me dice o advierte cosas pensando que me voy a enojar pero no es así, solo una cosa rompió la tranquilidad de nuestra apacible convivencia, mis ronquidos, motivo suficiente, el no dejarla dormir es terminante, casi me pone de patitas en la calle, pero intentó primero comprar unas tiritas para que deje de roncar, como no funciono un colchón en la sala y se termino el problema, una puerta de distancia aminoran los ruidos, yo ronco tranquila y ella duerme en silencio, después de todo no es difícil volver a convivir con los padres o hermanas.
Solo hay que aguantar las mañas que con la edad aumentan y si uno en el trabajo convive con cada uno, la familia de última es el menor de los males.

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