Hola amigos lectores, hoy después de mucho pensar decidí tratar un tema relacionados con las mujeres, como se que a muchos no les gusta cuando comienzo a levantar la pancarta femenina, les aviso para que interrumpan aquí su lectura o si quieren aprender algo o entender a sus mujeres pueden continuar, como les guste.
El otro día mirando este chiste de Maitena, reflexioné sobre mi conflicto con ser ama de casa y como de a poco fuimos cargando nuestros hombros de un sin número de actividades.
Cuando estaba de novia con mi marido y construíamos nuestra casa recuerdo que los vecinos salían a mirar como paleaba arena o cargaba ladrillos en la carretilla, porque como mi casa es interna debíamos entrar en carretilla arena, ladrillos, escombros y todos los elementos de la construcción y más de una vez me decían eso es trabajo de hombres, que comentario no?.
Después, cuando una vive la mayor parte del tiempo sola porque el marido trabaja, aprendemos a cambiar focos, garrafa, cortamos los yuyos, hasta podamos los árboles, atornillámos los tomas corrientes que se aflojan.Cuando estaba embarazada de mi hijo, pinte la pieza y el cielo razzo yo sola.
Todas estas actividades que una va aprendiendo, le sirven en principio para ahorrar unos pesos y para no tener que esperar al marido para calentar el agua del mate o cocinar o para no estar a oscuras hasta que regrese o no colgar la ropa esquivando la maleza que se forma en el patio.
Pero en todo este tiempo las mujeres fuimos avanzando en las tareas del hogar ya no solo nos encargamos de hornear pasteles y cocinar pucheros, de cuidar a nuestros hijos, hacer las compras, lavar, planchar, ¿pero nos beneficiamos con el cambio?, no estoy tan segura, porque aparte del choque que se produce entre lo que era la mujer antes y hoy, nuestros hombres no nos ven como la típica ama de casa, perdimos un poco de la inocencia y dependencia que teníamos de ellos y no creo que eso sea bueno para ellos, ni para nosotros porque seguimos cargando en nuestra mochila más actividades que las que el cuerpo puede soportar, si tenemos en cuenta que aparte trabajamos fuera del hogar.
Soy consiente, que no todas las mujeres son como yo, que muchas están a oscuras hasta que alguien venga a cambiarles el foco o esperan que el marido termine de ver fútbol para que corte el césped o contratan a un pintor que les mejore las piezas o contratan un peón que les entre la arena y los ladrillos, pero yo no soy la típica mujer a mi me gusta hacer estas tareas, porque me siento útil, me gusta hacerlas pensando que es para mi casa y sinceramente prefiero cargar ladrillos a hornear un pastel y si señores, son cosas de hombres como me dicen, pero donde esta escrito que así sea, quien dijo que las mujeres no podemos hacerlo, que nos hayamos creído durante años que dependíamos de nuestro marido para todo que eramos unas inútiles totales, no significa que sea así, hoy somos consiente que no y eso nos da la libertad de sentir que podemos con todo, aunque en la práctica terminemos con el cuerpo dolorido y el estrés por la nubes. Pero no son indispensables, así que cuidado, porque aunque como diría mi abuela su vida era mejor, la nuestra es distinta, no estaremos en el paraíso pero tenemos todo lo que necesitamos para arreglarnos sola.
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