Ayer, me inicie como alumna de un taller literario, los nervios se agolpaban en mi estomago, pero como es costumbre en mi vida no tengo que hacer una sola cosa siempre son dos o tres actividades a la misma hora o con porco margen de diferencia en este caso media hora antes debía ir a la escuela de mi hijo donde actuaba de rapero, como siempre mis hombres se olvidan de todo y me encontre a las doce haciendo un medallón grande para el atuendo, ya he disfrazado tanto a mis hijos de pirata, rapero, sereno colonial, gaucho, que perdí la cuenta de cuantos trajes hice en lo que va del año, a último momento, porque siempre se olvidan de algo que tenés que preparar en quince minutos. Por suerte el acto salió bien y me dio tiempo de llegar al taller a horario.
Cuando toque el timbre los nervios se transformaron en pánico, al ver a esta escritora reconocida conducirme por un pasillo poblado de flores, me senté aguardando la llegada de los demás, una a una fueron llegando mujeres de distintas edades y me saludaron muy amablemente, asombradas por mi juventud, el clima era relajado y entre bromas se fueron ordenando había otro alumno nuevo, el único hombre del grupo, ellas llevan de ocho a dos años en el taller y cuando leían la tarea, sus producciones me causaron una grata impresión, eran profesionales de la escritura,¿ qué hacía yo en ese grupo?, mi edad era distinta, sus expresiones de maestras jubiladas y su experiencia de vida era distinta a la mía, por otro lado, yo tengo una forma de escribir más directa, aunque a veces es poética, pero no tan llena de adjetivos y giros poéticos, me entró el pánico, quise salir corriendo, pero la lluvia torrencial que azotaba las ventanas me detuvo, solo atiné a hacer los ejercicios con temor, y leer mis producciones, además me dieron tarea como en la escuela, tengo leer poesía y hacer textos.
No puedo decir que me desilusione, simplemente me sentí inferior, que para mis ánimos no es lo mejor, pero ser distinta, es ser menos que los demás o simplemente distintas, creo que después de esta experiencia necesito una terapia urgente. Para levantarme el animo, para seguir adelante, para que la grúa familiar se ponga en movimiento y volver a empezar con pluma en mano este sueño de escribir y esta pasión de expresar.
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