EL CONFLICTO DE CONVIVIR CON HOMBRES

Hola amigos de vuelta al ruedo, no estoy del todo curada pero puedo sentarme y pelear con ramona para escribirles un poco, después de una larga terapia con mi psicólogo, generalmente mis terapias duran una hora y media, reflexionaba sobre mi familia y el hecho de estar rodeada de hombres, parece un tema superficial pero en la vida diaria es complicado la convivencia con tres hombres, mi marido y mis dos hijos.

Paso a describir los conflictos que generan vivir con hombres, primero cuando por esas casualidades se termina el papel higiénico, yo no tengo esos hermosos porta rollos de tela, puede pasar un día entero antes que ellos noten la falta de papel, a que se debe, sencillo ellos no necesitan papel como yo cuando orinan, solo lo usan cuando hacen del dos, por eso esta ausencia solo me afecta a mí, ni hablar de la tabla levantada o salpicada, de los toallones tirados de la ropa en cualquier lugar inesperado sucia, que una tiene que buscar a la hora de lavar hasta debajo de la cama o entre las sabanas revueltas. Segundo, ellos se bañan y salen como dios los trajo al mundo por toda la casa, yo tengo que estar toda tapada como si fuera un árabe con turbante, bata, toallón y si por casualidad algo se ve, me quedan mirando y comienzan los interrogatorios, porque de privacidad cero, entran cuando me estoy bañando, cuando estoy en el baño y el más pequeño me observa y dice y pito mamá, no, donde pito mamá, no tiene mamá, ahí es donde uno tiene que comenzar con las clases de educación sexual, mamá mujer, no tiene pito, papá y hermano si, como vos.

Tercer problema, como todos los hombres y ya lo he mencionado en una entrada anterior, no encuentran nada, entonces comienzo con la búsqueda del tesoro porque ellos no ven lo que tienen frente a sus narices, mamá mi cartuchera, mamá auto rojo, donde están las llaves del auto, en la mesa, en tu mochila, no se donde esta el rojo ahí tenés el azul, no quiero rojo, buscálo, no está mamá, quiero auto rojo, esto no crean que es de vez en cuando, no señores se repite con distintos objetos aproximadamente diez veces al día, agotador no, de búsqueda del tesoro ya me canse y cuando llega la noche me siento y digo buscálo vos, a tu derecha al lado del libro, soy la guia y los que buscan son ellos.

Otro problema es que una tiene que aprender sus juegos, así se termina haciendo experta en fútbol, basquet, carrera de autos, lucha del dibujo de moda, estrategias de guerra, etc. Además, una tiene que resignarse que nunca va comprar un vestidos, ni esas hermosas colitas con caritas o sombreros, ni camperitas tejidas con rosas, solo se limita a comprar vaqueros, buzos, remeras oscuras y camperas de algodón.

La limpieza es otro problema de convivir con hombres, si bien ayudan bajo protesta, terminan haciendo el veinte por ciento y yo el ochenta. Aunque después le cuenten a abuelas y tías que limpiaron su pieza y están agotados, ellos que demoran veinte minutos en guardar un lápiz, increíble.

Pero tal vez lo que más me agote de vivir con hombres sea la dependencia que parecen tener de tu sola presencia, tenés que estar ahí siempre aunque solo sea para que se sientan seguros al verte y crean que el mundo esta bien porque vos estas ahí para solucionarles cualquier problema que surga, desde un golpe, hasta un corte o unas lineas de fiebre, y no se duermen hasta que los abrazas, les das el beso de las buenas noches o le cantas una canción.
Para terminar, reconozco extraño los juegos con muñecas y tortitas, peinar trensas, poner colitas y vestidos, y que alguien me ayude con la limpieza, pero no cambiaría mis hombres, porque por más que me cansen y tengan sus complicaciones son míos, por lo menos por ahora, y me hacen sentir tantas personas a la vez, a veces la sirvienta, la enfermera, la exploradora, la futbolista, la corredora de tc, pero en fin en algún momento del día soy su reina, cuando me despierto y los tres se tiran arriba mío para darme los buenos días y luego entran a la pieza con el mate y las masitas. Estos son mis hombres y los quiero, ¿que piensan?.