Ayer, un comentario de un seguidor de mi hizo recordar todas las cosa que hice en mi vida. En las diferentes facetas en que me desempeñé, cuando me recibí de abogada una de las primeras cosas que hice, fue ayudar a un amigo a recuperar a su hija, que estaba pasando por un momento difícil en la casa de su madre, después mientras me desempeñaba como ayudante de tribunales penales, ayude a un joven inocente a recuperar su libertad. Cuando era docente mi relación con mis alumnos me permitía acercarme a ellos desde otra forma, dándoles la confianza suficiente para que me contaran sus secretos más terribles, buscando en mí un consejo, un apoyo o simplemente una oreja para escuchar, de hecho se que a muchos les sirvieron mis palabras, porque hasta el día de hoy me recuerdan con cariño y se siguen comunicando conmigo.
He sido muchas personas en mi vida, he tenido muchas profesiones, no me arrepiento de los estudios, ni de las actividades que realice, porque conocí a personas maravillosas. Pero, en este momento, en la soledad de mi pieza especial, rodeada de estatuas, pinturas, libros y poemas, mientras escribo este blog, no puedo dimensionar la importancia que tuve en las vidas de tantas personas, porque mi angustia solo me deja ver lo que no poseo, lo que perdí, lo que en este momento y a lo mejor nunca pueda volver a hacer y debo resignarme a este pasado, para buscar un nuevo horizonte donde pueda sentirme feliz, a gusto y completa.
Siempre fui una luchadora, se que tengo más fuerza de la que creo, salí adelante en las peores situaciones que uno pueda imaginar, cuando la vida era un camino largo e indescifrable, pero seguí caminando y aquí estoy todavía de pie, todavía andando y dispuesta a enfrentar lo que la vida me depare de acá en más.
Nunca tuve miedo a los cambios, cuando deje tribunales no mire atrás porque para mi trabajar como abogada era más importante, cuando deje de ejercer como abogada mi decisión fue firme porque entendí que era demasiado justa y tenia principios éticos que no iban con la profesión, ahora parece que debo dejar de ejercer como docente y aunque me duela en el alma y extrañe a los chicos, se que cuando tome la decisión no voy a arrepentirme y seguiré adelante como hasta ahora enfrentando la vida, dándole batalla, y buscando mi destino, cualquiera que este sea.
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