UNA NUEVA VIDA

UNA NUEVA VIDA
un nuevo inicio para mí

BIENVENIDOS A MI NUEVO BLOG

HOLA AMIGOS ESTE ES EL NUEVO BLOG AL QUE ME INVITARON A PARTICIPAR. SON CINCO MUJERES QUE ESCRIBEN PARA UNA REVISTA Y EN ESTE BLOG DEBATEN Y OPINAN SOBRE LAS NOTAS DE SUS COMPAÑERAS. CADA UNA TIENE UN PUNTO DE VISTA. LIHUE, MÍSTICA. LUCRECIA, SEXO. MILENA, MITOLOGÍA E HISTORIA. MARÍA, RELIGIÓN Y YO PARTICIPO COMO ANDREA UNA MUJER COMÚN. ESPERO LES GUSTE.SOLO DEBEN HACER CLIK EN EL NOMBRE. CINCO VOCES EN LA MESA.












domingo, 30 de octubre de 2011

LOS AMANTES







Hola amigos, siempre les dije que el tango tiene algo especial, esta es la letra de un poeta de principios del siglo veinte Oliverio Girondo, para los memoriosos la película "El lado oscuro del corazón", comienza con un poema de él, "No sé me importa un pito que las mujeres tengan..." fue un destacado poeta argentino nació en 1891 murió en 1967. Hoy su letra me sirve para contarles una historia de amantes.
Ella, estaba cansada de fingir que aún amaba a su esposo, cinco hijos y una familia tradicional la tenían prisionera en esa realidad, el pueblo no entendería su separación, su marido era un buen hombre, trabajador, buen padre, todo lo que una mujer quisiera para su esposo, pero ella quería algo más, quería que en la cama la hiciera sentir una verdadera mujer, porque los años pasaron para los dos, pero ella se sentía inferior, esas cosas que tienen las sociedades, el hombre envejece igual que la mujer, a ella le hacen sentir que no esta bien ser vieja, pero el hombre maduro, siempre tiene la supuesta experiencia.
Un día, haciendo las compras lo conoció, sus ojos se cruzaron por casualidad en la heladera de los lácteos, se sonrojo, su mirada aún la seguía mientras iba a pagar, sentía esos penetrantes ojos turquesas en su espalda, salió de la tienda y sintió que la seguían, miro hacia atrás, era verdad, a unos metros él caminaba tranquilo por la avenida. Apuro el paso nerviosa y giro en la esquina, pero se detuvo a esperar que pasara. El siguió caminando, entonces fue ella quien lo siguió, entro en uno de los departamentos nuevos, cuando se cerraba la puerta ella pasó tratando de disimular la situación. ¿ cómo te llamas? escuchó. ¿A mi me hablas? preguntó pensando que era un sueño. Si ,ves alguien más en mi vereda. Me llamo Mariela contestó y sin saber que decir siguió su camino.¿ Cuándo puedo tomar un café contigo? era broma, este joven se burlaba de ella, que pretendía con alguien de su edad, todas esas preguntas se embrollaban su mente hasta que sin razonar contestó- mañana a las tres en la cafetería de enfrente.
La tarde fue una tortura, sus hijos entraban y salían con sus actividades y ella no podía dejar de pensar si debía ir o no, ¿ y si alguien la veía? ¿qué escusa pondría? no, no iría era una locura, todavía no entendía que quería ese joven, pero la intriga pudo más y se presentó en el café.
Se llamaba Rodrigo, era profesor y la charla amena la hizo sentir una jovencita universitaria discutiendo sociología o teorías, ya olvidadas de su lejana carrera que nunca ejerciera. Sus manos se tocaron y una pasión indescriptible la sacudió de su estado hipnótico, lo miró a los ojos ¿ qué buscas con alguien como yo? estar contigo, solo eso quiero, eres hermosa. Demás esta decir que terminaron en la cama, ella sintió la pasión de sus años de juventud, sus caricias, sus besos, todo era perfecto, la despedida fue triste, debía volver a su casa, pero quedó en pie la promesa de otro encuentro. La relación duro meses, no sé como nadie se enteró en un pueblo tan chico que se cree ciudad, su actitud cambió y su marido se alegró de verla feliz de vuelta.
Los encuentros apasionados, los dos siendo uno, el sudor que cubre la carne y el éxtasis que termina en un grito todo en un solo instante donde el mundo se paraliza para mirar a los amantes.
Ella terminó la relación, pensó que era el momento de volver a ser esposa y madre, él no lo entendió, pero se resignó a su lógica.
Nunca lo olvidó y una tarde, cuando miraba a su nieta cansada de la rutina de ser esposa y madre, se sentó en su sillón, con la manta entre las piernas y le contó esta historia, que ahora les relató yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario