El mes pasado tuve muchos problemas, uno atrás del otro como una seguidilla de perlas en un collar, lo que me hizo pensar estoy embrujada o como dicen acá "te hicieron un trabajo".
Para que se den cuenta que no exagero, les cuento, primero mi pequeño jugando con el hermano mayor se fracturó la clavícula y como parece que ya no suele usarse yeso, para esa parte del cuerpo, le pusieron unas vendas con cinta, como que ese simple elemento iba a hacer que mi hijo de cuatro años dejara el hombro quieto, pero con todos los cuidados y recomendaciones logramos que se portara lo mejor posible, lo que no impidió que a la semana se trabara el pie con la rueda de la bicicleta del padre, se le hinchó tanto que pensé que se había esquinzado o quebrado el tobillo, pero luego de unas placas, dijeron que solo eran los ligamentos pero que le tenían que poner media bota de yeso y no podía pisar por veinte días.
Como puede ser que en quince días mi hijo terminó con un yeso en el pie y unas vendas en el hombro, no lo sé, lo que si puedo decirles es que tener a un chico de esa edad entretenido sin poder caminar era algo realmente difícil, al principio se portó bien, pero a la semana estaba saltando con el pie sano, lo único que me falta es que se quiebre el otro y estoy completa pensé, mientras me arrancaba los pelos uno a uno.
Pero eso no es nada, uno podría pensar esas cosas suelen sucederle a los chicos porque son inquietos.
El collar de perlas sigue, como en los últimos meses me cortaron Internet y otra vez tuve que hacer innumerables llamados para recuperar el servicio.
Otro tema, mi auto que es viejito el pobre se rompió, cosa normal en él, pero si tenemos en cuenta que ese mes, salía del taller a la mañana y a la tarde se rompía de vuelta y tuvo un ingreso promedio de tres veces por semanas dicho promedio es el que generalmente hace por mes, da que pensar.
Como suelo ser dramática y esa seguidilla de acontecimientos alteró mis nervios, comencé a discutir con mi marido cosa que no hacemos nunca y siempre me jacté de ello, el problema es que él minimiza las cosas por su mentalidad positiva y yo no. Así de cerca estuvimos de tirarnos algo por la cabeza, exagero por supuesto, solo pensé en mandarlo a dormir al sillón, lastima que no tengo, pero tuvimos que tomarnos unos días solos para limar asperezas, para mal de los abuelos que tuvieron que lidiar con el enfermo y el imaginativo.
Luego me llegó una carta diciendo que tenía que hacer los tramites para jubilarme en una semana, cosa que odio es hacer trámites en entidades administrativas donde debes sacar un número y esperar dos horas para que te den cuatro carillas impresas, pero allí no termina todo, cuando fui con todos los papeles a realizar por fin el trámite, me dicen te falta este papel, mi locura llegó al extremo porque encima me dan media hora para conseguirlo.
Siguiendo con el collar, como ya les conté un sábado mi perrita se enfermó y la llevé a urgencias veterinarias la deje internada y al otro día murió.
Para completar el collar y ponerle el broche, mientras enterraba a mi perrita lo llaman del trabajo a mi marido para decirle que lo iban a cambiar de lugar, con eso se modificaría mis horarios, los de mis hijos y traería consecuencias nefastas para mi organización familiar.
Así terminó mi mes de mala suerte, si no creen en brujas como yo, pensaran que fue un mes con altibajos, varios bajos digamos, pero como estoy rodeada de gente que cree en curanderos y trabajos, consultaron a uno.
Y a que no saben la receta para sacar los males, un litro de agua, medio litro de vinagre, ruda, yerba brava, con eso debía rociar la casa, tres veces a la semana y bañarme con eso varias veces, porque la embrujada era yo parece.
Cosa que hice por supuesto, no creo pero no soy tonta, era mi primera vez experimentando con brebajes.
Yo no se si con un nuevo mes mes vinieron los cambios o si la ruda hizo efecto, pero la cosa volvió a la normalidad, mejor dicho a mi realidad que es bastante compleja de por si.
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