Porque representa todo lo que un hombre siente y percibe en un momento tan particular como el embarazo de su esposa.
Aunque muchos me dicen que solo escribo cosas de mujeres, pese a que mis escritos representan a los dos lados de la humanidad. Le pedí permiso a Raúl para publicar esta poesía, porque estoy segura que muchos hombres y mujeres se sentirán tan conmovidos como yo, cuando la oí salir de sus propios labios.
NUEVE LUNAS Y UN HOMBRE
Convocaste a la vida, que así haya sido,
porque en tu mundo, irrumpirá un milagro,
que no por repetido, perderá la magia,
de hacerte único, audaz y temerario.
Convocaste a la vida; aunque no quieras,
te has convertido en Dios, por un instante,
aprenderás en cada paso, en el futuro,
que pretender ser Dios, es muy pedante.
Veras mutar, el junco cadencioso,
que arrastraba tu lujuria, en las caderas,
en el grávido andar de la matrona,
refulgente en la belleza de la espera.
Descubrirás que la mujer que amas,
que parecía vivir para adorarte,
ha entregado su amor, completamente,
al ser que aún no lo ves, para alegrarte.
Las increíbles manos, que imitaban gaviotas,
bebiendo de tu cuerpo, como néctar del cielo,
son palomas henchidas, que para alimentarse,
acarician su vientre, a pesar de tus celos.
Pendiente de su estado, tiraniza,
llora sin un motivo, sueña con antojos,
cuando en penumbras dudas, desesperado,
te ilumina el camino, con la luz de sus ojos.
Hay algo indefinido que separa y los une,
extraña paradoja, disfrutando una herida,
el que tanto te quita, dirá: "papá te quiero"
ese simple regalo, resarcirá tu vida.
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