Hola amigos, siempre nos quejamos de como se comportan nuestros hijos o esposos a la hora de estar enfermos, bueno parece que las mujeres no somos la excepción. Y como muestra voy a relatarles mi estadía en el Sanatorio, con humor como siempre hago con las cosas que son serias, porque es mi modo de exteriorizarlas y que no me afecten demasiado.
Como toda mujer que se cree fuerte, estuve dos días en cama con dolor, usando las viejas recetas de las abuelas, paño con vinagre, te negro con galletitas, gatorade para no deshidratarme, agua y cama. Luego de dos días de intentos fallidos, cansado de aguantarme, porque después de dos buscapina no reaccionaba, mi marido decidió llevarme a la guardia a la fuerza, quejándome " pero mañana seguro que estoy bien, si no mejoro para mañana me voy sola al médico", verso que venía repitiendo desde el viernes, me cargó en auto y me depositó en la guardia de un sanatorio, porque era feriado y no hay médicos disponibles los feriados largos.
Pensando que me inyectaban algo y me mandaban a casa, me senté a esperar en la guardia, la doctora jovencita ella, me revisó, me hizo un par de preguntas y me dijo con un tono normal como quien anuncia algo común " va a quedar internada sabe", yo pregunto tratando de que la información llegue al cerebro ¿que?!! y ella agrega como para que de una vez por todas tome conciencia "y no tome ni agua porque mañana tiene interconsulta con cirugía y si no no se la puede operar por la anestesia", ahí amigos casi caigo redonda y me tienen que levantar del piso porque me fui encogiendo como queriendo desaparecer del lugar.
Me vinieron a buscar en silla de ruedas, yo decía " pero si puedo caminar", no, tiene que ir en silla decía la enfermera. Cosa ridícula, si a mí me duele la panza no más, me acostaron me pusieron suero y me dejaron ahí, yo protestando y tratando de autoconvencerme que era un error de la doctora, que era un complot de los sanatorios para sacarle plata a la obra social, no tengo nada, le decía a mi marido mientras se despedía dejándome internada el muy cretino( opinión de Sara en estado de cólera y rabia dirigida al infeliz que la acercó en auto al sanatorio o sea "marido").
El problema, querido lectores es que yo nunca estuve internada, cuando nacieron mis hijos, entraba a la tarde y salía a la mañana del otro día no estaba ni un día, cuando me opere de la rodilla entre a la mañana y a la tarde me fui a mi casa y estas fueron las únicas ocasiones en las que pisé un sanatorio. El hecho de estar en esta situación, por un dolor de panza, que mi suegra cura con una curandera y mi mamá con paños de vinagres, no entraba en mi cabeza pienzatuti. Encima, cosa que detesto son los sueros, porque como dicen las enfermeras y se comunican unas a otras como información importante soy de venas dificiles, es decir mis venas son finas y no se ven, optan por ponerme la aguja en la mano, consecuencia, tengo que dejar la mano quieta, misión imposible, para mí que hablo con todo el cuerpo, mi mano se mueve de un lado a otro, el suero se obstruye, viene la enfermera me mueve los tubos y me repite deja la mano quieta, como si fuera fácil.
Así estuve, sin televisión, sin computadora, con una revista vieja que la leí en una hora y tratando de dormir para que pase el tiempo, interrumpido mi sueño solo por la enfermera cuando cambiaba el suero mío o de la vecina.
Hablaba, hasta con el personal de limpieza, mientras pasaban el trapo bajo mi cama, con las enfermeras que rotaban cada seis horas y con la vecina hasta que se fue dejándome sola un día más, me llevaban con la sillita a ecografía, a rayos, me traían con la sillita, cosa que detesto pero bueno las normas son así, un paciente no puede andar solo, caminando por los pasillos, arrastrando el palito con ruedas del suero.
Después de dos días internada, la doctora de guardia pensó que era la vesícula, el cirujano que eran los riñones, el ecógrafo que era el hígado( gracias a él me salve del cuchillo, porque si decía piedras en algún lado ya tenían al cardiólogo preparado para mandarme al quirófano), me tuvieron comiendo suero como dicen las enfermeras, porque estaba a dieta cero, no podía tomar ni agua, por dos días y luego me mandaron a casa con una dieta, pero con la condición de que si vuelve el dolor, tengo que volver y llamar al doctor.
Antes de irme le pregunto al doctor:- ¿qué tengo? - porque seamos lógicos, luego de estar dos días sin saber porque me tenían así; internada, cosa que odio; con suero, tortura que detesto, me mandan a mi casa con unos kilos menos pero así nada más, no!!!. Él, con una paciencia de maestra de jardín, me explicó que tenía una gastroenteritis grave, con probable colón irritable, me explicó que el hígado estaba inflamado y con grasa, que tenía que cuidarme en las comidas y en dos días si no empeoraba antes lo volvía a ver; un panorama alentador, no?.
Así que acá estoy, haciendo tramites porque falté al trabajo, a dieta, y tratando que los nervios no se eleven mucho porque aumenta el dolor y me van a mandar otra vez al sanatorio.
Esta escritora como verán no es buena paciente, no se cuida en nada, no respeta ni su hígado pobrecito; en concreto, hace un escandalo por estar dos días internada, porque lo detesta al máximo, y porque odia el suero que le deja la mano hinchada y un dolor que no se va en dos semanas.
Informados mis lectores, de los pormenores de la internación, doy por terminado el escrito, porque tengo que tomar un litro de agua e ir a la cama, antes que llegue mi marido, sin más dejo este informe a su disposición. Léase, coméntese y archivesé. Será Justicia.-
Que tal, les gusto el final de escrito administrativo-judicial, se nota que estoy aburrida no?.
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