Hola, amigos lectores, estamos de vacaciones de invierno, lo que significa que tenemos a los chicos todo el día en casa, o visitando las abuelas, esto normalmente altera mis nervios, porque ya sea en casa o a la distancia tengo que ser la bruja, que les dice, no juegues con eso, cuidado que se puede caer tu hermano, hace frío abrigate, es tarde no salgas afuera y así las recomendaciones siguen.
Cuando están de la abuela llamo para decirles, comiste, abrigate si vas a la plaza, no estés todo el día con los juegos electrónicos, no mire tanta tele, parezco el pepe grillo en la conciencia de mis hijos. Si mamá, es la respuesta que recibo con tono de aburrimiento y que no significa otra cosa que "que pesada es mi mamá". Y si somos pesadas, pero es en parte nuestra responsabilidad ser las pesadas en esta relación padre hijo, a veces me asombro que estén corriendo por el parque con solo una remera puesta y salgo con un buzo o una campera para abrigarlo, o me preocupa lo que comen de las abuelas o tías, porque como les dan todos los gustos, después tengo que estar yendo al médico porque están mal del estomago y los tengo que ponerlos a dieta de verdura, como todos los chicos los míos odian la verdura y solo ven que yo los tengo a verdurita y que su abuela le hace comidas ricas, no se dan cuenta que esto es consecuencia de aquello.
Y si, somos las malas de las película, las que los sobreprotegemos, sobreabrigamos y cortamos la diversión, algún día entenderán, tal vez tenga que esperar a ser abuela, para ser la buena que les da todos los gustos sin problemas de conciencia.
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