COSAS DE CHICOS

Hoy, mirando esta historieta no puedo dejar de ver a mis hijos, en estas situaciones. No sé a que edad los hijos aprenden a no mojarse las mangas, pero el más chico parece divertirse lavándose las manos y aunque se que en el jardín lo hace sin mojarse nada en casa, además de jugar con el jabón mientras yo lo alzo porque no llega a la pileta, pone el brazo entero debajo de la canilla y si lo arremango para evitar tener que cambiarlo, parece a propósito va hasta el límite de la manga y se ríe cuando se ve todo mojado, el mayor ya aprendió a lavarse solo pero tiene la maldita manía de no secarse con la toalla, sacude las manos como si fuese perro y el que entra al baño después de él, además de evitar resbalarse con el agua del piso, observa una salpicadura que va desde el picaporte de la puerta hasta el techo, y ahí pego el grito "cuando vas a usar la toalla, ya te dije que no sos perro", y él que tiene respuesta para todo me dice "si la toalla estaba mojada", cosa que a veces es cierto.

Las raspaduras de rodillas y los chichones, son monedas corriente en casa, solo basta mirar los pantalones que ante el segundo uso ya tienen agujeros en las rodillas y terminan al mes tapados con parches, pero no entiendo como vuelven a romperlos arriba del parche, en cuanto a los chichones, no lloran, ni dicen nada, solo vienen tocándose la cabeza como rascándose, porque para evitar el reto prefieren no contar que se golpearon, porque siempre lo hacen cuando juegan a la lucha entre ellos o usan la calesita o la hamaca del modo que no deben usarla y que ya les advertí una y mil veces que de esa forma se iban a golpear, entonces solo dicen me golpié y sin lágrimas desfilan en silencio para la pieza donde se escucha un murmullo de hermanos como poniéndose de acuerdo sobre los hechos.

Las uñas, por otro lado le crecen por día, yo no entiendo a mi me cuesta un montón que me crezcan para poder pintarlas y a ellos hay que cortarle dos veces por semana, ni hablar de la tierra que siempre tienen ya sea verano o invierno parece que cualquier polvo que anda dando vuelta se les metiera entre las uñas, y uno les lava las manos y les corta las uñas, pero parece a propósito, siempre que van de visita de las abuelas tienen las uñas sucias, lo que hace que las abuelas digan..."hay mira las uñas de este nene".

Los mocos son otro tema, tienen un paquete de pañuelos en el bolsillo y siempre recurren a las mangas, no sé si lo hacen conscientes o no , pero me molesta y cuando veo algo así les pego el grito, será mucho trabajo sacar el pañuelo del bolsillo. En la historieta me causa gracias que el menor se limpia en las mangas del mayor porque tiene mangas cortas, eso en mi casa no pasa, porque el mayor no soportaría eso de su hermano y antes de que lo intentará me pegaría el grito.

Lo de andar descalzos es una costumbre en mi familia, yo les digo que salen al padre que es medio indio, pero es broma, porque la que siempre esta descalza soy yo, hasta en invierno andan descalzos por la casa, uno le compra unas pantuflas hermosas, pero solo se la ponen después que estuvieron tres horas caminando y los mandé a calzar más de tres veces, me gusta porque en la historieta la madre les dice no ven que el piso esta sucio, y es lo mismo que pasa en casa, y el menor dice porque mejor no limpias el piso, esta sería la respuesta típica de mis hijos, hoy no encontraban una pelotita entre las plantas y me dijeron "si estas plantas estuvieran más ordenadas yo podría ver la pelotita", a lo que enfurecida respondí, el día que hagas algo por ordenar el patio vení y decíme que es un desastre, mientras no muevas un dedo abstenete de esos comentarios, y mis hijos son así te recriminan todo lo que pueden, pero por lo visto no son los únicos que tienen respuesta para todo.

Estas son las cosas de los chicos que nos hacen reír cuando miramos una historieta, porque nos recuerdan a nuestros hijos, pero en el momento dudo que nos causen risa, más bien gritamos y nos alteramos, pero creo que con el tiempo son como esas anécdotas que recordamos y nos reímos de nuestra niñez, aunque a nuestras madres les causen poca gracia.