UNA NUEVA VIDA

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HOLA AMIGOS ESTE ES EL NUEVO BLOG AL QUE ME INVITARON A PARTICIPAR. SON CINCO MUJERES QUE ESCRIBEN PARA UNA REVISTA Y EN ESTE BLOG DEBATEN Y OPINAN SOBRE LAS NOTAS DE SUS COMPAÑERAS. CADA UNA TIENE UN PUNTO DE VISTA. LIHUE, MÍSTICA. LUCRECIA, SEXO. MILENA, MITOLOGÍA E HISTORIA. MARÍA, RELIGIÓN Y YO PARTICIPO COMO ANDREA UNA MUJER COMÚN. ESPERO LES GUSTE.SOLO DEBEN HACER CLIK EN EL NOMBRE. CINCO VOCES EN LA MESA.












viernes, 9 de abril de 2010

NOSTALGIA DE LA ESCUELA SECUNDARIA


Hoy estuve chateando con una ex-compañera de la secundaria que vive en España, me hizo muy bien recordar con ella esa época que pasamos juntas y me puse a pensar ¿ Es tan mala la adolescencia? ¿ la secundaria deja secuelas imposibles de borrar o no?.
Para empezar debo aclarar que fui a una escuela de mujeres, laica y perito mercantil, donde las exigencias eran muchas. Como siempre caí ahí de rebote, porque mi hermana iba a esa escuela y tenía el banco asegurado, no porque yo quisiera, a mi me gustaba más lo humanístico, nunca me agradaron los números y como comprenderan el perito mercantil tiene que ver mucho con los números.
Por otro lado, me cuesta relacionarme con las mujeres, me llevo mejor con los hombres como amigos, pero no quedaba otra, cinco años estuve en esa escuela, para terminar dándome cuenta que al final la iba a extrañar, no el edificio, ni las clases, sino las personas, las preceptoras, las compañeras, eramos muchas y tan distintas en la forma de pensar, de ser, de vivir, de relacionarnos, que eramos una mescla perfecta.
Cada vez que teníamos que organizar algo discutiamos días enteros, porque teniamos distintos puntos de vista y terminabamos haciendo cosas muy buenas, lo más divertido era la fiesta de la primavera, elegir a la reina, decorar los salones, preparar disfraces, espectáculos... era un griterío, gente por todos lados y al final la competencia con los otros nos dejaba ganadoras o perdedoras pero el hacerlo era divertido.
Cuando viajamos a Bariloche, fue un grupo con varios segmentos y terminó viniendo un grupo compacto, volvimos muy unidas y eso es lo que más me gusta recordar, porque cuando terminó el año y vino la colación yo pasaba un momento dificíl ( mi papá estaba internado) pero disfruté al máximo los últimos días, si hasta fui elegida la mejor compañera, eso que a lo largo del cursado más de una vez me comporte mal con ellas.
Yo no se si uno con el tiempo ve las cosas de otra manera, pero yo recuerdo con mucho cariño a muchos profesores que nos enseñaron de verdad , a mi personalmente me marcaron mucho porque cuando fui docente fue a sus enseñanzas a las que recurrí para ser un buen docente.
Han pasado muchos años desde que terminé la secundaria, conocí otros compañeros, otras instituciones, pero es tan lindo encontrarse con las ex compañeras, ver sus hijos, como resultó su vida, como siguieron tantos años sin contactarnos y de golpe con un encuentro volvemos a los diecisiete, y parece que la alegría y la falta de compromisos nos llena el cuerpo otra vez.
Soy conciente que la dolescencia es una etapa difícil, con muchos cambios y mucho rollo psicológico, pero uno la pasa como sin darse cuenta, como resolviendo con total inconciencia en el transcurso los conflictos.
Y si, la secundaria deja secuelas, algunas buenas y otras malas, la sensación de libertad que sentí en quinto año no volví a sentirla hasta mucho tiempo después, para mi las malas secuelas que dejó esta experiencia fueron los malos docentes autoritarios, denigrantes hacia sus alumnos y las injusticias que suelen cometerse en las instituciones, tal vez porque el gran número de integrantes no permite considerar a las personas y sus problemas en particular.
Yo sé que la secundaria no fue la mejor etapa de mi vida, pero me gusta rescatar el sentimiento que nos une después de casi veinte años, que nos lleva a contarnos nuestra vida en cinco minutos y como si nada volvemos nostálgicamente a la escuela, podemos sentir el olor de los bancos, de la tiza, para terminar riéndonos de nuestros peinados, de nuestra ropa, de nuestra música, entristeciéndonos hasta las lágrimas al recordar nuestro precioso cuerpito.

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