No sé si a ustedes les pasa, pero yo suelo tener pesadillas desde que soy muy chica, algunas se hacen realidad, a veces son muy reales.
En estos días tuve muchas pesadillas, como suele suceder cuando estoy muy ansiosa, el problema es que como se que voy a soñar cosas raras, intento no dormir y eso afecta mi día, porque los hijos se levantan a la misma hora, hay que prepararlos para la escuela y yo soy un zombi caminando.
Parece algo ilógico que algo tan normal como una pesadilla pueda afectarnos tanto, pero si pudieran estar en mi lugar comprenderían porque les doy tanta importancia.
Es como cuando uno tiene el presentimiento que va a pasar algo malo, bueno para mi eso es cotidiano, como saber que mis pesadillas se van a hacer realidad. Yo se que no dormir no es la solución pero los medicamentos tampoco me ayudan al contrario preparan el clima perfecto para la pesadilla.
Muy pocos de mi entorno comprende lo que significa y sus respuestas son rezar o bañarme en agua bendita, como que el agua me va a quitar esos sueños.
Tengo que vivir con esto y esperar que la pesadilla se haga realidad, pero la angustia que me surge en la espera complica mi vida y mi cotidianeidad.
En esos momentos envidio el sueño de los bebes o los pequeños, tranquilo, como angelitos y esbozando una sonrisa, quien sabe con que sueñan los niños, pero mirarlos dormir es el único consuelo en días como estos.
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