Hoy es un día especial para los argentinos, pero como verán no voy ha hablarles de eso; primero porque todo el día los medios hablan de lo mismo, segundo porque ya tendré tiempo de taladrarle la cabeza con los derechos humanos y demás temas relacionados con los desaparecidos y la memoria.
Hoy el tema que nos ocupa es la tarea escolar de nuestros niños, seguro que se habrán sentido identificados con alguno de los personajes de maitena de la imagen, yo en verdad con varios.
Para empezar, no tengo buenos recuerdos del momento de la tarea, de mi época de primaria. Mi mamá era maestra y al contrario de lo que muchos piensan, más que un beneficio ser hijos de docente es una desgracia, nos reunía a mi hermana y a mí, nos revisaba los cuadernos y si consideraba que una hoja estaba desprolija o borroneada, agarraba una regla la arrancaba y decía " hacela de vuelta pero bien", después llegaba la hora de la tarea y ahí comenzaban los gritos, si no nos salía una cuenta ligábamos un cachetazo en la nuca, estudiar las tablas fue una tediosa e ingrata oportunidad de aprendizaje, hasta compró uno de los primeros grabadores que salieron y nos grabó en cassette las tablas y nos ponía a escuchar y repetir hasta que las aprendíamos de memoria.
En la secundaria, nos revisaba las carpetas, ahí por suerte terminaba su función, el resto era responsabilidad nuestra.
Ahora que soy madre, a veces comprendo a la mía, parece que la teoría pedagógica actual consiste en involucrar a los padres con la tarea de sus hijos, el mío va en segundo grado y el año pasado me cansé de hacerle dictados, buscar figuritas, palabras que empiecen con tal o cual letra, hacer láminas sobre; la evolución de la semilla, Belgrano, la época colonial, etc. Pero si bien somos colaboradores en su tarea, para que aprendan debemos dejar que ellos realicen el trabajo final, por ejemplo; buscar la página del libro donde está la palabra con "gr" , mostrarles la página y decirles... ahí esta la palabra, buscala, recortala y pegala en el cuaderno.
La tarea de vacaciones es un caso aparte, consistía en un listado de treinta consignas tales como; resolver problemas con el uso de billetes y monedas y demás actividades de las tres áreas . Por supuesto que la elaboración de los mismos, la búsqueda de lecturas para que trabaje en ellas y demás era trabajo exclusivo mío, a todo esto debemos sumarle la mala predisposición de mi hijo que luego de tres meses inactivo no colaboraba en nada.
Pero no sólo en esta época el comportamiento de mi hijo es así, durante todo el año, hacer la tarea es una tortura para mi, pierde todo el tiempo que puede, después alega estar cansado y propone dejarlo para mañana, al recibir un "no" como respuesta termina la tarea en dos minutos, otras veces mira el techo como esperando encontrar la respuestas entre las maderas del cielorrazo, parece que me escucha mientras le explico y cuando le digo ¿entendiste? me dice ¿qué? .
Lo peor de todo esto es saber que mi hijo es muy inteligente y que la capacidad de descolgarse creando en su cabeza un mundo paralelo es lo que retrasa el momento de la tarea, más allá de la intensión de manipularme para dilatar el momento lo más posible. Es en ese instante donde me crispan los nervios y cuento hasta diez para no aplicar los métodos de mi madre, darle un cachetazo o gritarle de todo, a veces contar hasta diez no alcanza y termino peinándolo con un grito. Bueno... ahora cuentenme ustedes.
¿Cuál es su experiencia con este momento ? ¿les pasa lo mismo? ¿Qué temas tuvieron que investigar para sus hijos el año pasado? ¿Qué métodos aplican para no matarlos en el intento?
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