LA GRAN MADRE

Hoy estuve dando vueltas en mi cabeza los temas que iba a escribir, estaba entre Manuela Sáenz o la Gran madre. Como podrán darse cuenta opte por la segunda, para hablarle de esta gran libertadora ya tendré tiempo. Porque parece que a mis lectores la mitología no les gusta. Así que decido insistir con este culto antiguo y actual a la vez.

En todas las culturas antiguas, se veneraba a la gran madre, representada en la tierra, desde los sumerios, hindúes, egipcios, romanos, griegos, hasta las antiguas culturas mapuche, azteca, inca, se la consideraba la diosa de la fertilidad, relacionada con los cultivos, todo lo referido a la naturaleza, otras culturas como la celta agregan la diosa luna, relacionada con todo lo que tiene que ver con las mujeres, las energías, las mareas, lluvias, nacimientos.

De esta unión de creencias, hoy podemos deducir que la diosa madre es la representación femenina de Dios, así lo entiende actualmente los adeptos a la gran madre, su energía se representa en la naturaleza, en la tierra, en los arboles, en la luna en las energías que mueven el mundo natural, en el agua fuente de energía. Es decir los elementos como los conocemos desde hace tiempo están relacionados con el culto de la Gran Madre, algunos agregan la luna como fuente de energía también.

Este lado femenino de Dios, representado por los cristianos con María, nos enseña que la energía esta ahí, cuando caminas descalzo por el pasto o la tierra, cuando abrazas un árbol, cuando danzas en luna llena para cargarte de energía, cuando te bañas y descargas todas tu tensiones a la tierra, cuando salís afuera y respiras durante algunos minutos y el aire llena tus pulmones, cuando alrededor de una fogata miras a los que están contigo compartiendo ese momento y sentís un lazo especial entre todos, cuando miras los ojos de la virgen y decís oh María, sin pecado concebida rogad por nosotros que recurrimos a vos.

Es interesante, que durante siglos nos haya unido la adoración sin darnos cuenta a la misma diosa, distintas religiones, distintos siglos, distintas creencias, y la adoración sigue allí, fuerte como el primer día, amamos la tierra, las aguas de los ríos, la fertilidad, la misma cara femenina de Dios.