UN DÍA CON HUMEDADA EN MI SANTA FE

Hoy estuve corriendo de un médico a otro y entre calor la humedad y las largas esperas no tuve tiempo de pensar mucho. Cada doctor tiene una teoría sobre lo que me pasa, algunos me mandan a analizar las tiroides otros me mandan con un otorrinolaringólogo, para ver porque ronco o tengo problemas para respirar, cuando le cuente a mi médico seguro se va a reír, pero tengo que seguir las indicaciones de estos médicos, que según ellos descubrieron la causa de mi problema y en unos meses voy a dejar de roncar, de estar deprimida y de necesitar medicación, cada maestrito con su librito como dice el dicho popular.

Por otro lado, la humedad y el calor de mi Santa Fe, me hace estar mareada y cuando el cielo se cubre de un gris oscuro y comienzan a caer las primeras gotas corro a descolgar la ropa, solo para darme cuenta que cuando termine de ordenar todo en el tendedero la lluvia paró y el calor sigue igual.

Cuando estoy así sueño que vivo en una cabaña a orillas del mar, donde el aire se renueva constantemente, no necesitas aire acondicionado, no hay mosquitos, ni humedad, aunque estoy segura que cuando este allá voy a extrañar los mosquitos, la humedad y el río y los seres humanos somos inconformista por naturaleza.

Pero nada de este día puede empeorar solo mejorar cuando el calor de la noche se refresque con una cerveza bien fría y una picada, entonces adoraré mi Santa Fe, por su deliciosa cerveza, por sus noches húmedas y por la compañía que lo mejora todo, hasta el mar humor de tener que matarme un mosquito cada cinco segundos.

Bueno los dejo porque la cerveza se calienta y la compañía se aburre, mientras yo escribo para ustedes.