CUANDO ESCALAR LA MONTAÑA ES LA ÚNICA SALIDA

Hoy escale una montaña, pisando piedra por piedra, me aferre a cada punta que parecía sobresalir, una roca se desprendió y fue hasta bajo en el precipicio, sentí deseo de dejarme caer, pero mire hacia arriba puedo lograrlo, lo sé. Seguí ascendiendo, paso a paso, piedra a piedra, el esfuerzo era muy grande y gotas de sudor mojaban mi frente y se deslizaban por mi rostro, seguí subiendo, el final estaba cerca, en el ultimo tramo salté, mi cara mojada toco la tierra, respire su polvo marron rojizo, tendí mi cuerpo agotado y mire el sol, ardiente astro que me encegueció.

De pronto una nube se disipo, y vi que eso era solo una meseta, la montaña seguía, la cima estaba lejos todavía, la tristeza me invadió, lo que creí que era el fin, después de tanto esfuerzo solo era la mitad de mi camino, no tenía fuerzas para seguir, me recoste en la roca y me dejé vencer por la adversidad. Fue entonces, que una voz que venía de mi alma me dijo, la cima esta ahí, no te rindas ahora, debes seguir. Levante mi cuerpo maltrecho, medí mis fuerzas, mire hasta arriba tratando de calcular la distancia y seguí piedra a piedra, transformando mis obstáculos en fortaleza, mis angustias en energías, mis lamentos en gritos de arenga, no sé cuanto tiempo estuve así, perdí la noción del tiempo, concentrada solo en el ascenso, sin darme cuenta, el sol se fue escondiendo, y bajo la luz de la luna la vi, mi meta, la cima por fin llegué.

Es difícil salir del pozo, más difícil buscar la ganas de hacerlo, cuando estas abajo no hay recompenza para el final, solo vez lo imposible que parece lograrlo, se que este no es el fin, se que no me voy a rendir, pero a veces las voces no surgen de mi alma, no me animan a seguir solo hay silencio y soledad, solo hay tristeza y desesperanza que te impiden ver el final.