Ayer tuve consulta médica y los consejos que me dieron parecen filosóficos más que médicos. Según mi doctor debo vivir cada momento como si fuera el último, disfrutar cualquier instante del día, empezar de a poco disfrutando unos mates y una charla cordial con mi marido, así según él poco a poco se van sumando los instantes de placer hasta transformarle en todo un día positivo.
Otro de sus consejos es cambiar el punto de vista de las cosas, es decir, si odio cocinar debo decirme voy a preparar algo para que mi familia se sienta feliz al degustar el plato preparado por mí, de este modo, según él, algo que para mi es una carga odiosa, tediosa y totalmente negativa, se transforma automáticamente en algo positivo y me brinda la posibilidad de ir transformando todos los aspectos negativos en positivos.
A este punto de la consulta, yo con cara de aceptación, máscara que ocultaba mi verdadero pensamiento:.." éste esta más loco que yo, o esta haciendo un curso oriental de energía psicológica".
Porque expliquenme, en que cabeza cabe que si me repito cien veces mis hijos son unos angelitos de Dios, los adoro, voy a compartir mil horas con ellos en paz y armonía; voy a soportar con cara de superada total los desastres que hacen, los jarrones que me rompen jugando a la pelota en la cocina, o los gritos que me impiden escuchar hasta mi propio pensamiento y voy a abrazarlos como monje budista cambiando chirlos por besos; sinceramente esto es difícil de digerir para cualquiera
Pretender que alguien como yo polvorita, que se enciende, con una simple lucha de yudo improvisada y con ruidos de héroes de turno ya no se si dragón, bakugan o power y explota en un grito de basta !!!!!. Se transforme por simple pensamiento en alguien tranquilo, que disfruta la vida paso a paso, y va por el patio oliendo florcitas y respirando como si fuera una absoluta pacifista hippie.
Lo siento doctor, no se que estará tomando o que curso raro esta haciendo, o si su enojo constante con mi psicólogo lo ponen en esta situación pero conmigo no creo que su tratamiento funcione correctamente, le voy a arruinar todas las estadísticas.
Prefiero pegar dos gritos que abrazar sin sentirlo, no quiero hacer las cosas que detesto solo para que un día sea de placer total, no me importa la negatividad en mi vida, porque se que voy a terminar con ella, aunque no del modo que usted pretende y por último espero que no lea este blog porque su enojo será tremendo y no va a querer atenderme más, porque tiene que reconocerme que esta teoría no la aplica en ningún aspecto de su vida.